Jóvenes que Inspiran Cambio y Conservación

En la costa norte del Perú, el Bosque Seco La Libertad en Pacasmayo guarda una biodiversidad tan frágil como extraordinaria. Este ecosistema, lleno de vida y contrastes, es también uno de los más amenazados del país. A través del Proyecto Bosque Seco, A Rocha Perú trabaja por su restauración y conservación, promoviendo la participación de las comunidades locales para asegurar su sostenibilidad y devolverle al bosque su vitalidad.

Como parte de este esfuerzo, nació la Red Juvenil Ambiental, una iniciativa que busca comprometer a las comunidades y capacitar a las nuevas generaciones para que se conviertan en los próximos líderes ambientales. Once jóvenes universitarios de la Universidad Nacional de Trujillo  y la Universidad Privada del Norte respondieron al llamado con entusiasmo, deseosos de aprender y de ser parte del cambio. Desde el inicio, su energía, curiosidad y disposición marcaron la diferencia.

Durante los últimos meses, estos jóvenes han participado en un proceso de formación integral que combina conocimiento científico y crecimiento personal. A través de siete talleres de capacitación, se han preparado en liderazgo ambiental, comunicación, técnicas de inventariado forestal, conservación y restauración ecológica. Cada sesión ha sido una oportunidad para aprender, practicar y compartir, tanto dentro del aula como en el campo.

Lo más inspirador ha sido ver cómo su papel fue evolucionando. Al inicio llegaron como participantes, pero con el tiempo asumieron nuevos retos: apoyaron en la organización de talleres, acompañaron a nuestra promotora ambiental, guiando los grupos pequeños e  incluso han dictado los talleres por su cuenta. Su seguridad, compromiso y capacidad para transmitir el mensaje de conservación fueron creciendo con cada experiencia.

Hoy, verlos desenvolverse con soltura, liderar actividades, hablar con pasión y asumir responsabilidades es motivo de orgullo. Ellos representan lo que más valoramos en este proyecto: el poder de la formación y la esperanza que traen las nuevas generaciones. Su compromiso con el bosque y con sus comunidades es inspirador, y nos recuerda que el verdadero cambio empieza cuando alguien se atreve a actuar.

En A Rocha Perú creemos firmemente que formar líderes ambientales es también formar personas conscientes, empáticas y comprometidas con su entorno. Ellos son la prueba de que el futuro del Bosque Seco está germinando hoy, en cada joven que aprende, enseña y cuida con amor.

El Arte que Conserva el Bosque Seco

El Proyecto Bosque Seco La Libertad busca restaurar y conservar uno de los ecosistemas más importantes de la región: el bosque seco de Pacasmayo. A través de esta iniciativa, se trabaja para proteger más de 1,350 hectáreas de este valioso bosque, afectado por la actividad humana, y fomentar prácticas sostenibles con las comunidades locales.

En este contexto, las artesanas del proyecto han encontrado un espacio donde su arte no solo rinde homenaje a la flora y fauna del bosque seco, sino también a los patrones tradicionales de la cultura local. A lo largo de varios meses, han participado en talleres que les han permitido fusionar sus conocimientos ancestrales con nuevas habilidades, creando piezas que reflejan la riqueza natural y cultural de su entorno.

Cada pieza elaborada es una representación vibrante de la naturaleza que las rodea, pero también incorpora patrones tradicionales que cuentan historias de su comunidad. Los diseños, inspirados tanto en la biodiversidad del bosque como en la identidad cultural local, son un recordatorio de la profunda conexión que estas mujeres tienen con su tierra, su historia y sus raíces.

Lo más especial de estos talleres es que no solo han sido un espacio para el aprendizaje y la creatividad, sino también un refugio de tranquilidad y apoyo para las mujeres de la comunidad. En este espacio, han encontrado un lugar donde compartir experiencias, fortalecerse mutuamente y construir una red de apoyo. Así, el taller se convierte en mucho más que un espacio de creación; es también un lugar de encuentro, crecimiento y empoderamiento.

Mujer del club de artesanas mostrando su creación (Septiembre, 2025)

A través de sus artesanías, las mujeres no solo están generando ingresos sostenibles, sino también promoviendo la conservación del bosque seco. Al integrar elementos naturales y culturales en sus creaciones, se convierten en guardianas de su patrimonio, llevando su mensaje de protección y respeto por la naturaleza a nuevas audiencias.

El Proyecto Bosque Seco demuestra cómo el arte, la naturaleza y la comunidad pueden unirse para construir un futuro más sostenible, donde la preservación del medio ambiente y el fortalecimiento de las personas van de la mano.

El Jardín Botánico Machiguenga como un puente entre la tradición y la naturaleza

En la Comunidad Nativa de Monte Carmelo, ha echado raíces un nuevo espacio de vida y aprendizaje. Después de seis meses de trabajo, el Jardín Botánico Machiguenka ha sido culminado: un lugar donde la sabiduría ancestral y la conservación ambiental se unen en armonía.

Esta iniciativa comenzó en abril, cuando la comunidad de Monte Carmelo cedió formalmente una hectárea de terreno para la creación de un jardín botánico comunitario. Desde entonces, A Rocha Perú, junto con los comuneros y el sabio local Máximo Kategari, emprendieron un proceso de restauración y colaboración. Los trabajos incluyeron la limpieza y acondicionamiento de los senderos, la identificación de especies nativas, la colecta de plantas medicinales y la instalación de señalización interpretativa que cuenta las historias y usos de cada una.

A lo largo del proceso, el jardín se transformó en algo más que un espacio de conservación: se convirtió en un punto de encuentro entre generaciones. La participación de la Escuela Local de Monte Carmelo y de varios voluntarios fortaleció el vínculo entre el conocimiento tradicional y la ciencia moderna. Para los jóvenes, representa un aula al aire libre; para los mayores, es un testimonio vivo de su herencia cultural.

Ahora, con los trabajos finalizados, el Jardín Botánico Machiguenga continuará creciendo como un espacio para la educación, la investigación y la reflexión comunitaria. Su objetivo es identificar y documentar el 100 % de las especies presentes, asegurando que cada una se convierta en una herramienta para el aprendizaje y la conservación.

Más allá de su importancia ecológica, el jardín simboliza la unidad y la continuidad. Preserva las plantas medicinales que han sanado a generaciones e invita a las nuevas a cuidar el bosque con la misma reverencia. Con este esfuerzo, Monte Carmelo demuestra que proteger la naturaleza también es proteger la memoria, y que en cada hoja y raíz florecen la vida y la sabiduría.

Oportunidades de Voluntariado Internacional con A Rocha Perú

De junio a agosto, A Rocha Perú tuvo la alegría de recibir a Valeria, una voluntaria internacional que dedicó más de dos meses de su tiempo y energía al cuidado de la creación en Pacasmayo. Trabajando a tiempo completo, se convirtió en una parte fundamental del equipo del Proyecto Bosque Seco, aportando creatividad, iniciativa y un gran deseo de aprender.

“Mi principal responsabilidad fue apoyar al equipo en Pacasmayo, que estaba a cargo del Proyecto Bosque Seco,” comparte Valeria. “Ayudé a planificar y organizar talleres sobre temas ambientales como los microplásticos y la conservación del agua en el Perú.” Sus días estaban llenos de actividad: pintó carteles para un huerto escolar, organizó una excursión al Bosque Cañoncillo y diseñó juegos educativos que ayudaban a los niños a aprender de manera divertida.

Junto con el grupo de mujeres de la comunidad, participó en talleres de bordado y colaboró en el diseño de un logotipo para las bolsas artesanales que ellas elaboran. “El objetivo era ayudarlas a vender sus productos, incluso a nivel internacional,” explica. Su creatividad también llegó al Proyecto Amazonía, donde dirigió un taller de pintura utilizando materiales naturales, como piedras encontradas en los alrededores, para hacer el espacio comunal más acogedor y lleno de vida.

Más allá de las habilidades adquiridas, lo que más la marcó fue la experiencia de vivir y trabajar de cerca con la comunidad local. “Lo más gratificante fue ver cómo la constancia y la presencia genuina construyen confianza y conexión, donde el apoyo mutuo y la solidaridad son parte natural de la vida diaria”, reflexiona. “Me di cuenta de que la conservación no solo se trata de proteger ecosistemas, sino también de entender las necesidades y esperanzas de las personas que viven allí.”

Pero Valeria no fue la única voluntaria que vivió esta experiencia transformadora. Noah, quien llegó desde Nashville, Estados Unidos, también fue parte del proyecto, y su historia de aventura y conexión es igualmente inspiradora.

Noah trabajando con los niños locales (Julio, 2025)

Noah, quien es Coordinador de Conservación en A Rocha USA, decidió hacer un voluntariado internacional en Perú para contribuir al Proyecto Amazonía y colaborar con la comunidad Machiguenga en Monte Carmelo. Durante su tiempo allí, Noah concentró sus esfuerzos principalmente en el mantenimiento del invernadero en Monte Carmelo, donde se encargó de recopilar semillas, cuidar plantas y arreglar el espacio para asegurar que el invernadero continuará siendo un recurso vital para la comunidad.

Además, uno de sus enfoques principales fue realizar entrevistas con miembros de la comunidad Machiguenga. Esto tenía dos productos en mente: un guía visual del conocimiento cultural que los Machiguenga tienen en relación con indicadores ecológicos, como las señales para saber el tiempo de las hueveras de los peces o el momento adecuado para sembrar o cazar y versiones escritas de las leyendas ancestrales de los Machiguenga, tanto para adultos como para niños. Estas versiones se destinaban no solo para el uso de la comunidad, sino también como material de referencia para A Rocha Perú.

Uno de los aspectos más destacados de su experiencia fue la oportunidad de documentar las leyendas ancestrales de los Machiguenga, un proyecto que Noah describió como un verdadero honor. “Tuve la oportunidad de escuchar las historias, mitos y leyendas de la comunidad, y poder trabajar en ellas ha sido increíblemente valioso,” comentó Noah. Este trabajo, además de ser una experiencia enriquecedora para él, tiene un impacto profundo y duradero para la comunidad. La posibilidad de preservar este conocimiento sin que se pierda intergeneracionalmente es un verdadero regalo tanto para la comunidad Machiguenga como para A Rocha Perú.

A través de voluntarios como Valeria y Noah, A Rocha Perú sigue construyendo puentes: entre las personas y la naturaleza, entre culturas y generaciones. Estos testimonios son solo un reflejo de cómo la aventura del voluntariado internacional no solo cambia vidas, sino que crea conexiones significativas que perduran más allá de las fronteras.

¿Qué tan verde late el corazón de tu iglesia?

Desde el Proyecto Iglesia Verde de A Rocha Perú, seguimos sembrando conciencia ecológica en las comunidades de fe. Como parte de este compromiso, presentamos con mucha esperanza el nuevo quiz “¿Qué tan verde es su iglesia?”, un recurso diseñado para ayudar a las iglesias a reflexionar sobre cómo viven su llamado a cuidar la creación de Dios.

Este cuestionario, surge de una convicción profunda: que adorar al Creador también implica cuidar lo que Él creó con amor. “Dios nos ha dado la responsabilidad de cuidar la creación (Génesis 2:15)”, recuerda Hannah Wilkinson, coordinadora del proyecto Iglesia Verde. “Pero, ¿cómo saber a dónde ir si no sabes dónde estás?”, añade, señalando la necesidad de tener un punto de partida para evaluar y crecer. 

El quiz es corto y práctico, con preguntas de “sí” o “no” organizadas en cuatro áreas esenciales de la vida de la iglesia: 

  • Adoración al Creador
  • Enseñanza 
  • Vida comunitaria 
  • Relación con la naturaleza

Más allá de medir, el objetivo es inspirar. “La idea no es que se sientan juzgados, sino animados. Que puedan ver lo que ya están haciendo bien y elegir un área para mejorar o cambiar”, explica Hannah. Porque incluso los pasos más pequeños pueden marcar una diferencia en el camino hacia una iglesia más verde. 

Aunque está dirigido principalmente a líderes, está abierto a toda la comunidad. “Cuidar la creación de Dios es responsabilidad de toda la iglesia, no solo de nuestros líderes”, afirma Hannah con convicción. 

Quienes completen el quiz pueden optar por recibir materiales gratuitos como una guía para incluir la creación en los cultos, una introducción a la teología del cuidado ambiental y acompañamiento personalizado, según sus necesidades. “La iglesia decide cuánto o qué tan poco contacto quiere tener con nosotros”, destaca Hannah, promoviendo una relación respetuosa y flexible.

Aunque este cuestionario ha sido recientemente lanzado, hemos podido ver previamente el impacto profundo que puede tener una iniciativa sobre la mayordomía de la creación cuando se siembra con intención. El año pasado, gracias al mini-proyecto Kawsay en Ayacucho, vimos cómo se levantó un movimiento de mayordomos por la creación lleno de vida y compromiso. Hoy, ese mismo espíritu continúa: miembros de la iglesia Cristo Rey de Huanta, que participaron en ese proceso, han decidido replicarlo internamente este año. Es una muestra de que una semilla bien plantada puede dar fruto duradero, transformando no sólo prácticas, sino corazones. 

El sueño es claro: formar una red de iglesias verdes a nivel nacional, comprometidas, conectadas y dispuestas a caminar juntas en este desafío ecológico. “Cuando las cosas se sienten abrumadoras, necesitamos apoyarnos. Caminamos juntos, para la gloria de Dios”, concluye Hannah. 

¿Quieres unirte a esta red? Accede al quiz “¿Qué tan verde es su iglesia?” 

Talleres de Plantas Medicinales en Monte Carmelo

El aula se transformó en un bosque lleno de historias, aromas y memorias vivas. En la escuela primaria Igoriteshiari, de la Comunidad Nativa Monte Carmelo, se vivió una experiencia profundamente enriquecedora: talleres educativos sobre plantas medicinales, guiados por un sabio local, conocedor ancestral de los secretos curativos de la naturaleza.

Segundo Taller de Plantas Medicinales en la Escuela Primaria Igoriteshiari (junio de 2025)

Durante este trimestre, se han realizado dos talleres, beneficiando a más de 40 niños de esta institución educativa. En cada sesión, los estudiantes descubrieron qué plantas ayudan a calmar el dolor de estómago, cuáles invitan al descanso y cuáles debemos proteger porque ya escasean. Cada planta nombrada traía consigo una historia, una memoria familiar, una forma de ver y cuidar el entorno.

Más que talleres, fueron actos de transmisión cultural. Para muchos fue la primera vez que escucharon hablar con respeto y detalle de la medicina que nace del monte, esa que ha sanado generaciones antes que ellos. El sabio no sólo explicó propiedades curativas, sino que enseñó a mirar el bosque con otros ojos: no como un simple recurso, sino como un aliado que se respeta y se cuida.

Impulsados por A Rocha Perú, estos espacios buscan revalorizar la medicina tradicional como parte fundamental del conocimiento local, promover el cuidado del bosque y fortalecer el orgullo por la herencia cultural viva de las comunidades amazónicas.

Sembrando conciencia desde las aulas

El equipo de A Rocha Perú con los estudiantes de la escuela primaria (junio de 2025)

Durante el mes de junio, más de 100 estudiantes de distintas instituciones educativas de Pacasmayo participaron en talleres educativos sobre el bosque seco, diseñados para despertar en ellos el amor y respeto por su entorno.

A través de juegos, dinámicas y ejemplos prácticos, los niños y niñas no solo aprendieron, sino que comprendieron la importancia del algarrobo y de la biodiversidad local, claves para la salud de sus comunidades y el equilibrio del ecosistema. Reconocer el valor de lo que crece cerca de casa es también reconocer su identidad y su rol como cuidadores del territorio.

Lo más emocionante fue ver sus ideas florecer: muchos presentaron propuestas creativas para proteger el bosque seco, demostrando no sólo comprensión, sino un profundo compromiso.

Con cada taller, crece también el deseo de seguir sembrando esperanza. Porque cuando la educación conecta con la tierra, también echa raíces en el corazón.

Conoce a Los Nuevos Guardianes del Bosque Seco

En La Libertad,  al norte del Perú, sobrevive uno de los ecosistemas más amenazados y menos comprendidos del país: el bosque seco. Aunque a primera vista parece árido, este paisaje alberga una gran riqueza natural y cultural. Entre árboles emblemáticos como el algarrobo, el faique y el sapote, habitan especies únicas —muchas en peligro— que dependen de este entorno para sobrevivir. Sin embargo, el bosque enfrenta una amenaza constante: la tala ilegal, la extracción insostenible de leña, las quemas y la pérdida progresiva de cobertura vegetal han puesto en riesgo su equilibrio ecológico. Esta degradación no solo impacta la biodiversidad, sino también a las comunidades locales que dependen del bosque para obtener agua, sombra, alimento, medicina y sentido de identidad.

Virgilio y Víctor, los nuevos guardianes del bosque seco (Mayo, 2025)

Frente a esta realidad, A Rocha Perú ha decidido actuar con una visión profundamente comunitaria. Desde abril, se ha formalizado la creación de un equipo de Guardaparques Locales, una iniciativa que busca dar respuesta desde el territorio, con quienes lo conocen y lo sienten como suyo.

Con capacitación específica, protocolos de patrullaje y acompañamiento técnico, este equipo —hoy liderado por Virgilio y Víctor— realiza recorridos constantes por el bosque. Solo entre mayo y junio, realizaron más de 35 patrullajes. Su presencia permite prevenir la tala, detectar amenazas y sensibilizar a otros miembros de la comunidad.

Pero más allá de la vigilancia, lo que se está cultivando es un sentido renovado de pertenencia y responsabilidad colectiva. Al caminar el bosque, los guardaparques no solo protegen árboles: protegen la memoria de un ecosistema que ha resistido sequías, olvido y abandono.

En un tiempo donde los ecosistemas se pierden en silencio, iniciativas como esta levantan la voz. El cuidado de la creación nace desde adentro, con actores locales empoderados, la conservación no solo es posible: es sostenible y transformadora.

Jardín Sensorial para la Armonía y el Bienestar

El 11 de marzo, A Rocha Perú, el colegio Monterrico Christian School (MCS) y la organización cristiana Cristo para la Ciudad firmaron un convenio de cooperación para desarrollar un pequeño proyecto de conservación ambiental y responsabilidad social durante el año 2025. Esta iniciativa, que forma parte del programa Iglesia Verde, contará con el apoyo de nuestra nueva coordinadora, Hannah Wilkinson, y tendrá la participación de estudiantes de secundaria de MCS como parte de su currículo educativo.

Hannah firmando el acuerdo con el MCS (11 de Marzo, 2025)

El objetivo de este proyecto es co-diseñar e implementar un Jardín Sensorial, dependiendo de la viabilidad y las decisiones finales de diseño de los estudiantes, para Vidas que Valen, un ministerio ubicado en Villa El Salvador y liderado por el pastor Walter Matos de la Iglesia Bautista El Fundamento. Este ministerio brinda apoyo a familias con hijos con discapacidad, ofreciendo acompañamiento y asistencia en su vida diaria. La iniciativa fue inspirada por la experiencia personal del pastor con su hijo, quien tenía una discapacidad, y su deseo de crear un espacio de bienestar y recreación para familias que enfrentan desafíos similares.

A través de este convenio, A Rocha Perú brindará asesoría técnica, conducirá talleres sobre estrategia ambiental y ofrecerá acompañamiento constante durante todo el proceso. Como parte del compromiso educativo de MCS, los estudiantes no solo diseñarán el jardín, sino que también participarán activamente en su posible construcción, con el objetivo de crear un espacio de paz y restauración para las familias de Vidas que Valen. La inauguración del jardín está tentativamente programada para septiembre de 2025, dependiendo del desarrollo del proyecto.

Esta colaboración une la fe, la educación y la mayordomía de la creación, siendo un testimonio viviente del poder transformador del trabajo en conjunto. ¡Celebramos con alegría el inicio de este camino para acercar la creación de Dios a quienes más lo necesitan!

Nuevos Algarrobos para un Futuro Próspero

En los paisajes abrasados por el sol de La Libertad, donde los bosques secos enfrentan cada vez más las amenazas del cambio climático y la deforestación, una historia de esperanza está echando raíces—un árbol a la vez.

Siembra de algarrobos en Pacasmayo (Febrero, 2025)

Entre enero y marzo de 2025, nuestro vivero de semillas ha cumplido un rol fundamental en la crianza de especies nativas como el algarrobo, así como de plantas comestibles como el ají escabeche y limo, papaya, pacay, limón, naranja, tara y espinaca. Cada planta se cultiva con propósito y cuidado—algunas están destinadas a restaurar ecosistemas frágiles, mientras que otras buscan alimentar y fortalecer a las familias locales. Solo en esta temporada, más de 100 plantones de algarrobo criados en el vivero han sido exitosamente sembrados en Pacasmayo y Pacanguilla, devolviendo vida y resiliencia a la tierra.

Semillas de algarrobo germinando en el vivero (Febrero, 2025)

Nuestro compromiso con la comunidad también florece a través de la donación de diversas especies de plantas. En esta temporada, entregamos 22 plantas de ají escabeche a las familias de San Demetrio, y flores a las mujeres que cocinan con dedicación en el comedor comunitario Micaela Bastidas. Estos gestos, aunque sencillos, ayudan a enriquecer la biodiversidad local y fortalecen el vínculo entre el vivero y las personas que lo rodean.

Cada semilla sembrada, cada árbol plantado y cada planta compartida nos recuerda lo que es posible cuando unimos la paciencia, la dedicación y el trabajo colectivo. Juntos, no solo estamos cultivando bosques—estamos sembrando un futuro con raíces de esperanza.